martes, 31 de diciembre de 2013

¡¡¡Comienza la función!!!

Electores de universos mágicos y alternativos, sonrientes domadores de enfados, saltimbanquis que hacen cabriolas sobre las penas, piratas de papel que surcan raudos mares de lágrimas, magos que hacen chas y aparecen a tu lado, músicos con decibelios de más, bailarinas que danzarían alegres toda la noche sobre la punta de cuchillos, princesas de gominola con corona de fondant, jugadores de cartas con un joker bajo la manga, archivillanos de tacón de aguja, espadachines de pincel y grafito, actores que se toman más en serio los papeles que sus vidas, porque vida no hay más que una y la preparación del personaje es crucial para la función.

¿Cómo va a ser tu personaje? Vestirá bien, o mal, lucirá sombrero, bajará en pijama a por el pan, ¿qué sabrá hacer en sociedad? Dibujar, contar chistes, sólo sonreír y comer. ¿Qué hará cuando este solo? Disfrazarse, tirarse por el suelo o ver la tele y masturbarse. ¿Qué dice cuando no dice nada? Segrega péptidos a lo loco, regula su ritmo circadiano, inventa mundos para su quiasma óptico o monta un fiestón en el hipotálamo.

Para 2014, he escrito una lista de pequeños placeres de todas las vidas que me gustaría vivir: Tesorero de palabras nunca dichas, esgrimidor de la presta zurda, extranjero en mi mente, lápiz mágico ante los ojos escépticos, simulacro de tumba en montparnasse, ave de paso en islas volcánicas, otoño en tu ojo, primavera en tu sonrisa, verano en tu corazón, invierno en tu vaso…

¿Qué te deseo para el nuevo año? Que seas bestialmente tú, que subas a las montañas de tu conciencia, que bajes a los infiernos de tus deseos, que empañes el cristal de tus olvidos y saques brillo a la lámpara de tu genio, te pidas tres deseos sólo para ti, y que dos se cumplan y uno no, para que la ambición no te arrastre a la ceguera y a creer en genios, y otras milongas, que van a cumplir lo que les pides. Pero si te pides poco a poco, puedes aprender a conseguir la forma de cumplir honestamente lo que te propongas, encajar las derrotas de algunos de tus deseos, poner chapas de colores bonitos en tus defectos y llegar a convertirte en tu propio genio de magia inagotable.

Puedo decir que en mi año se han cumplido dos de las tres cosas que me propuse, y no he conseguido alcanzar la felicidad pero, si la alcanzara, tampoco sabría qué hacer con ella porque tampoco es un trofeo para poner en una repisa. Y lo que no cumplí al menos sigue dando vueltas disuelto en mi cabeza buscando alternativas, porque…


 “de la Psique al hecho, lo bonito es el trecho”. 


viernes, 27 de diciembre de 2013

Suena a inocentada...


Este 28 de diciembre se ríen más que nunca en tu cara, te cuelgan papelones que más bien parecen adoquines, año de máscaras de plasma que pudren el corazón de nuestra mordisqueada manzana a la luz de velas que suben, a poder ser, un 11% y recortan sombras dantescas sobre la pared. Se ven ojos por la calle sin esperanza, con crispación o gritando en silencio, cuerpos grises arrastrando los pies por las aceras desahuciadas de alegría y tradiciones. Terminamos el año pagando el pato, el pavo y el asno de un sistema de valores conservador a la altura de un patio de colegio cubierto por malas hierbas.

Este año hablamos demasiado y se nos olvidó pensar, enfrascados como estábamos en hacer la guerra por nuestra cuenta y en meter las narices donde no tenían que estar. No es culpa de nadie. Pero ese desfalco de humanidad ha hecho las paredes del foso muy grandes, muy oscuras y muy resbaladizas. Y el que mira desde el borde no tiene ningún escrúpulo en escupir hacia abajo ajeno a la certeza de que en cualquier momento otro como él lo va a empujar al fondo. Merienda de negros. Borregos que se las dan de cazadores, abuelitas que se disfrazan de lobo.

Y cada día que dejas de hacer algo es un día en que no evolucionas, y un día sin sonrisa es un día perdido, y cada vez que te quejas te quedas más en evidencia, con consuelos vestidos de sonrisa falsa y de sospecha. Y cada día que lloras más lejos está la orilla donde naufragar por las mañanas.

Aún es pronto para desear el año nuevo porque las inocentadas planean por tu cabeza, no obstante ya hice mi equipaje para entrar en el túnel del 2014. Una pequeña maleta de viaje donde guardo mis bolis y mis penas, un espejo para que los inconscientes se vean haciendo el tonto, una cascara de nuez donde guardar todo mi patrimonio, un libro en blanco donde seguir con empeño retratando un nuevo año cargado de visiones y un sombrero de titanio que me proteja la cabeza de malos pensamientos y deje flotar, como si fuera una pecera, mi pequeño huerto de ideas extravagantes.

Perdona que te dé la espalda, estoy persiguiendo estrellas…

viernes, 6 de diciembre de 2013

El abismo que nos separa...

Nuestra vida transcurre  como una campana de Gauss, parte de la nada en una infancia anodina que se encarga de darnos los datos técnicos que van a gobernar nuestras vidas hasta el  día en que la curva se acelera, nos remonta a las nubes, todo empieza a cuadrar, nos empezamos a conocer, empezamos a saber cuáles son nuestros fuertes, nos tropezamos y nos equivocamos, empezamos a elevarnos y a respirar libres, hacer picnic en las nubes y ver nuestra tierra a lo lejos. En este vuelo sin motor viajamos por los senderos de nuestra consciencia, conocemos otra gente, otras culturas, vamos librándonos de prejuicios y llenando los bolsillos de manías. Un día cualquiera oteamos  en el horizonte una sombra negra, un talud escarpado en mitad de la explanada y una profunda sima a la que no vemos fin, un eterno abismo y una corriente de aire gélido que se nos incrusta en la columna.
El abismo es la cresta de la ola, el adiós a una época, el trasunto del pasado y el punto de inflexión del futuro. No hay una edad establecida para sentir el abismo, para sentir la llamada o la repulsa, pero está ahí para devorarte, para convertirse en tu larga travesía por el desierto, el torbellino que quiere arrojarte al malvado reino de Oz. Y tendrás que poner toda la carne en el asador, aferrarte a tus valores cultivados a lo largo de los años y confiar en que son los buenos porque si no vete a saber dónde vas a ir a parar.
Hay muchas formas de afrontar el abismo y hay un bonito fragmento de una historia encontrada en un antiguo cartapacio bizantino que dice así:

 “...el abismo siempre ha existido así, tal cual lo ves, en mitad de la vida de todos, en mitad del camino y según qué persona seas tendrás un tipo de relación con él.
 En primer lugar existen los cazadores de tesoros, personas inquietas, dinámicas, trabajadoras, muy serviles y también curiosos, que en cuanto sienten el abismo corren deprisa a ver qué se puede atisbar desde el filo de su precipicio. Por alguna razón saben, sienten, que cerca del abismo se cuecen cosas maravillosas para la vida y corretean arriba y abajo cerca del borde buscando ese algo. Sufren el abismo durante toda su vida porque saben que siempre están ahí al filo de lo imposible y que al otro lado hay más, sin decidirse entre aquí y ahora o allí y quién sabe.
También existen los creadores de sueños, los que desde una temprana edad son conscientes del abismo, se nutren, se preparan para el día del gran salto y su imaginación los hace ver cosas que solo podrían existir al otro lado de la oscuridad. Son determinados, egocéntricos y férreos en sus costumbres y nunca van a dejar que algo les impida intentarlo. Son ante todo osados, imperturbables e imaginativos, se dedican a buscar materiales para construir un puente hacia el otro lado y llevan su vida en una mochila.
En último lugar existen las personas ajenas a esta realidad, temerosos todos ellos de dios, que lo evitan, lo repudian y lo olvidan, construyen sus casas cerca de sus pertenencias y no se alejan mucho del cauce de los ríos. Podrían parecer que estas personas viven felices y ajenas al abismo, pero no es así, el abismo late en sus sienes en las noches oscuras sin luna, en el nacimiento de cada hijo y en los noticiarios de sucesos..."

Los conflictos están servidos, no hay dos personas que sientan el abismo de la misma forma, unos lo temen, otros lo idolatran y otros lo retan, cuando los temerosos coartan a los buscadores estos se sienten esclavizados, cuando los creadores tiran de un temeroso lo disocian y cuando los buscadores se acercan demasiado a un creador corren el riesgo de caerse. Así es la vida, así son los miedos, así da vueltas la ruleta del mundo. Acércate, siéntate al borde del abismo, siéntete y piensa cuál es tu relación con él, sin miedo, con paciencia, elije tu lugar, olvida lo demás, deja de ser persona y conviértete en idea, en luz pura y decide tu destino.