martes, 31 de diciembre de 2013

¡¡¡Comienza la función!!!

Electores de universos mágicos y alternativos, sonrientes domadores de enfados, saltimbanquis que hacen cabriolas sobre las penas, piratas de papel que surcan raudos mares de lágrimas, magos que hacen chas y aparecen a tu lado, músicos con decibelios de más, bailarinas que danzarían alegres toda la noche sobre la punta de cuchillos, princesas de gominola con corona de fondant, jugadores de cartas con un joker bajo la manga, archivillanos de tacón de aguja, espadachines de pincel y grafito, actores que se toman más en serio los papeles que sus vidas, porque vida no hay más que una y la preparación del personaje es crucial para la función.

¿Cómo va a ser tu personaje? Vestirá bien, o mal, lucirá sombrero, bajará en pijama a por el pan, ¿qué sabrá hacer en sociedad? Dibujar, contar chistes, sólo sonreír y comer. ¿Qué hará cuando este solo? Disfrazarse, tirarse por el suelo o ver la tele y masturbarse. ¿Qué dice cuando no dice nada? Segrega péptidos a lo loco, regula su ritmo circadiano, inventa mundos para su quiasma óptico o monta un fiestón en el hipotálamo.

Para 2014, he escrito una lista de pequeños placeres de todas las vidas que me gustaría vivir: Tesorero de palabras nunca dichas, esgrimidor de la presta zurda, extranjero en mi mente, lápiz mágico ante los ojos escépticos, simulacro de tumba en montparnasse, ave de paso en islas volcánicas, otoño en tu ojo, primavera en tu sonrisa, verano en tu corazón, invierno en tu vaso…

¿Qué te deseo para el nuevo año? Que seas bestialmente tú, que subas a las montañas de tu conciencia, que bajes a los infiernos de tus deseos, que empañes el cristal de tus olvidos y saques brillo a la lámpara de tu genio, te pidas tres deseos sólo para ti, y que dos se cumplan y uno no, para que la ambición no te arrastre a la ceguera y a creer en genios, y otras milongas, que van a cumplir lo que les pides. Pero si te pides poco a poco, puedes aprender a conseguir la forma de cumplir honestamente lo que te propongas, encajar las derrotas de algunos de tus deseos, poner chapas de colores bonitos en tus defectos y llegar a convertirte en tu propio genio de magia inagotable.

Puedo decir que en mi año se han cumplido dos de las tres cosas que me propuse, y no he conseguido alcanzar la felicidad pero, si la alcanzara, tampoco sabría qué hacer con ella porque tampoco es un trofeo para poner en una repisa. Y lo que no cumplí al menos sigue dando vueltas disuelto en mi cabeza buscando alternativas, porque…


 “de la Psique al hecho, lo bonito es el trecho”. 


viernes, 27 de diciembre de 2013

Suena a inocentada...


Este 28 de diciembre se ríen más que nunca en tu cara, te cuelgan papelones que más bien parecen adoquines, año de máscaras de plasma que pudren el corazón de nuestra mordisqueada manzana a la luz de velas que suben, a poder ser, un 11% y recortan sombras dantescas sobre la pared. Se ven ojos por la calle sin esperanza, con crispación o gritando en silencio, cuerpos grises arrastrando los pies por las aceras desahuciadas de alegría y tradiciones. Terminamos el año pagando el pato, el pavo y el asno de un sistema de valores conservador a la altura de un patio de colegio cubierto por malas hierbas.

Este año hablamos demasiado y se nos olvidó pensar, enfrascados como estábamos en hacer la guerra por nuestra cuenta y en meter las narices donde no tenían que estar. No es culpa de nadie. Pero ese desfalco de humanidad ha hecho las paredes del foso muy grandes, muy oscuras y muy resbaladizas. Y el que mira desde el borde no tiene ningún escrúpulo en escupir hacia abajo ajeno a la certeza de que en cualquier momento otro como él lo va a empujar al fondo. Merienda de negros. Borregos que se las dan de cazadores, abuelitas que se disfrazan de lobo.

Y cada día que dejas de hacer algo es un día en que no evolucionas, y un día sin sonrisa es un día perdido, y cada vez que te quejas te quedas más en evidencia, con consuelos vestidos de sonrisa falsa y de sospecha. Y cada día que lloras más lejos está la orilla donde naufragar por las mañanas.

Aún es pronto para desear el año nuevo porque las inocentadas planean por tu cabeza, no obstante ya hice mi equipaje para entrar en el túnel del 2014. Una pequeña maleta de viaje donde guardo mis bolis y mis penas, un espejo para que los inconscientes se vean haciendo el tonto, una cascara de nuez donde guardar todo mi patrimonio, un libro en blanco donde seguir con empeño retratando un nuevo año cargado de visiones y un sombrero de titanio que me proteja la cabeza de malos pensamientos y deje flotar, como si fuera una pecera, mi pequeño huerto de ideas extravagantes.

Perdona que te dé la espalda, estoy persiguiendo estrellas…

viernes, 6 de diciembre de 2013

El abismo que nos separa...

Nuestra vida transcurre  como una campana de Gauss, parte de la nada en una infancia anodina que se encarga de darnos los datos técnicos que van a gobernar nuestras vidas hasta el  día en que la curva se acelera, nos remonta a las nubes, todo empieza a cuadrar, nos empezamos a conocer, empezamos a saber cuáles son nuestros fuertes, nos tropezamos y nos equivocamos, empezamos a elevarnos y a respirar libres, hacer picnic en las nubes y ver nuestra tierra a lo lejos. En este vuelo sin motor viajamos por los senderos de nuestra consciencia, conocemos otra gente, otras culturas, vamos librándonos de prejuicios y llenando los bolsillos de manías. Un día cualquiera oteamos  en el horizonte una sombra negra, un talud escarpado en mitad de la explanada y una profunda sima a la que no vemos fin, un eterno abismo y una corriente de aire gélido que se nos incrusta en la columna.
El abismo es la cresta de la ola, el adiós a una época, el trasunto del pasado y el punto de inflexión del futuro. No hay una edad establecida para sentir el abismo, para sentir la llamada o la repulsa, pero está ahí para devorarte, para convertirse en tu larga travesía por el desierto, el torbellino que quiere arrojarte al malvado reino de Oz. Y tendrás que poner toda la carne en el asador, aferrarte a tus valores cultivados a lo largo de los años y confiar en que son los buenos porque si no vete a saber dónde vas a ir a parar.
Hay muchas formas de afrontar el abismo y hay un bonito fragmento de una historia encontrada en un antiguo cartapacio bizantino que dice así:

 “...el abismo siempre ha existido así, tal cual lo ves, en mitad de la vida de todos, en mitad del camino y según qué persona seas tendrás un tipo de relación con él.
 En primer lugar existen los cazadores de tesoros, personas inquietas, dinámicas, trabajadoras, muy serviles y también curiosos, que en cuanto sienten el abismo corren deprisa a ver qué se puede atisbar desde el filo de su precipicio. Por alguna razón saben, sienten, que cerca del abismo se cuecen cosas maravillosas para la vida y corretean arriba y abajo cerca del borde buscando ese algo. Sufren el abismo durante toda su vida porque saben que siempre están ahí al filo de lo imposible y que al otro lado hay más, sin decidirse entre aquí y ahora o allí y quién sabe.
También existen los creadores de sueños, los que desde una temprana edad son conscientes del abismo, se nutren, se preparan para el día del gran salto y su imaginación los hace ver cosas que solo podrían existir al otro lado de la oscuridad. Son determinados, egocéntricos y férreos en sus costumbres y nunca van a dejar que algo les impida intentarlo. Son ante todo osados, imperturbables e imaginativos, se dedican a buscar materiales para construir un puente hacia el otro lado y llevan su vida en una mochila.
En último lugar existen las personas ajenas a esta realidad, temerosos todos ellos de dios, que lo evitan, lo repudian y lo olvidan, construyen sus casas cerca de sus pertenencias y no se alejan mucho del cauce de los ríos. Podrían parecer que estas personas viven felices y ajenas al abismo, pero no es así, el abismo late en sus sienes en las noches oscuras sin luna, en el nacimiento de cada hijo y en los noticiarios de sucesos..."

Los conflictos están servidos, no hay dos personas que sientan el abismo de la misma forma, unos lo temen, otros lo idolatran y otros lo retan, cuando los temerosos coartan a los buscadores estos se sienten esclavizados, cuando los creadores tiran de un temeroso lo disocian y cuando los buscadores se acercan demasiado a un creador corren el riesgo de caerse. Así es la vida, así son los miedos, así da vueltas la ruleta del mundo. Acércate, siéntate al borde del abismo, siéntete y piensa cuál es tu relación con él, sin miedo, con paciencia, elije tu lugar, olvida lo demás, deja de ser persona y conviértete en idea, en luz pura y decide tu destino.


viernes, 15 de noviembre de 2013

El cristal a través del que mires


Al fin estas delante de la pecera. Durante años te has relamido pensando en el momento en que tus dueños salieran por la puerta y nadie vigilara las plateadas escamitas de tus deseos. Hoy es ese día. Subes al mueble sigilosamente husmeas con anhelo al aire como si tu objetivo se fuera a plantar delante de tus fauces y cuando te agazapas tras el jarrón para dar el golpe de suerte definitivo a tu vida… ¡zas! Te pegas contra el cristal. ¿Y ahora qué?

La vida es lucha, es perseguir peces río arriba, entrega total a tus deseos personales e intransferibles, sin acuse de recibo. La vida también es hacer caso a una única voz interior que te enseña susurrando el camino marcado. El problema viene cuando hay demasiado ruido externo y no puedes oír tu voz. Entonces andas el camino, sigues las pautas, haces feliz a las voces externas, pescas en aguas bajas, te conviertes en esclavo de tus metas y en el justo momento en que oyes una voz que te susurra cerca del oído te asustas, te tambaleas y ves grietas que se abren bajo tus pies…

No estamos hechos del material genético de nuestro entorno, cada uno es diferente, esa es la prueba de fuego, o de agua, donde buscar tu hueco, tu lugar, la forma de moverte, la forma en que expiras el humo de un cigarrillo, el cristal a través del que quieres ver las cosas. El azar no existe si has reflexionado suficientes posibilidades de que pasen cosas. Bien, me he pasado, no harías nada si reflexionaras cada opción. Pero, seamos honestos… ¿no es mejor pasarse la vida reflexionando sobre cómo te sientes en cada momento que obedeciendo órdenes?

El cambio te guía por el camino que no es físico, que no transcurre en ningún lugar, que no lleva por compañía más que tu mochila de los deseos, cuidado con los vicios disfrazados de deseo. No hay compañía, nadie te guía por las finas sendas del cambio, nadie debería terminantemente guiarte porque nadie ha estado ahí, en tu senda, en tu cambio, en tus cerca de cien billones de células, en tus cien mil millones de neuronas. Allí no llega nadie, y aquellas sustancias que llegan no llegan para nada bueno ya sean drogas, fármacos o palabras (si, las palabras mal usadas son peor que cualquier droga y mucho más demoledoras).
Una vez te has convertido en cambio estás preparado para lanzarte al devenir de la vida, al río caliente de lo social, lo cotidiano y lo abyecto. Pronto descubrirás que la vida no es para los más fuertes, ni los más preparado, o cultivados. La vida pertenece al cambio y por tanto el más apto es el que se adapta al cambio con menos asperezas. Puro darwinismo, también puro Ying, o Yang, y/ o ambos a la vez y porque al final la vida es la misma princesa vestida con diferentes trajes y tú eres el mismo microbio en oriente y en occidente así que como decía el bueno de Bruce Lee “esperar que la vida te trate bien porque seas buena persona es cómo esperar que un tigre no te ataque porque seas vegetariano”.

Eres pez en su pecera, eres gato tras cristal, eres zarpa, cola y ojos, eres bestia enjaulada fuera de su propia cárcel, eres pez en el estómago del gato y eres gato dios supremo, y supremo mentecato que ni come ni deja comer, eres una sombra de ti mismo en un mundo lleno de gigantes negros, peludos y brillantes… pero párate un momento, dale la vuelta al cristal y piensa que igual del otro lado tu eres el gigante y que tu pecera es un rincón calentito que los más gatunos añoran y que si quieren engancharte tendrán que bajar a las profundidades, donde tú te mueves, pues eso, como pez en el agua… No juzgues a un pez por no saber subir a un árbol, ni a un gato por tener miedo al agua, porque en ese caso te aconsejaría que dieras un par de vueltas sobre ti mismo y dejaras de olisquear tu mierda.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Disertaciones predomingueras


La última vez que el Disegnadortipo miró de soslayo al caralibro había en él un rastro, como un caldillo marrón oscuro, que regurgitando entre líneas le hizo reflexionar. ¿Qué necesidad había de exponer públicamente y con alevosía, una sentencia negativa sin explicación de las claves y pormenores del por qué y con el único feedback del descontento?
Simultáneamente cruzó su reflexión con cigarrillo. El primer pensamiento cruzado hablaba de la búsqueda fácil del consuelo virtual, hoy en día la palabra virtual viene ampliamente indicada a “no levantarse del sofá”, y sin el sustento de la mirada amiga, del relaxing cup of café con leche y el abrazo firme de despedida. ¿No puede convertirse ese mensaje en una huella indeleble de negatividad para aquel que queriendo saber un poco más de ti, un futuro jefe, un compañero cotilla, un viejo amigo que te añora, se encuentra de pronto con un sello maligno, una cicatriz abierta que supura bilis y no cierra en invierno y que no concierne a nadie más que a ti y a tus propios pensamientos.

Y es en esto que el Disegnadortipo se levanta a media noche, sobresaltado por una pesadilla de melanomas crujientes e ínfulas de domingo por la tarde, enjugándose el sudor de su frente, no ganado por el bonito hábito de hacer trabajo físico, acarició el pelo de su querida L. Herrada de Landsberg que jugaba con un insecto palo en su Hortus deliciarum y se levantó a echar un vistazo al mundo antes del Ocaso de las Verdades donde tres huevos son dos pares. En su jaula retuiteaba un pájaro colgado bacabajo y el ancho de banda dejaba pasar alegremente un kabyte de cada seis. A la hora en que las chicharras despuntan con su canto el Disegnadortipo recordó la impronta que encabezaría el sueño de esa noche: “Recuerda que internet es una herramienta de futuro y no de presente… y después sesteó el resto de la tarde con Herrada sacándole los hilillos de la camiseta.


martes, 27 de agosto de 2013

La vida más allá del péndulo...

Somos péndulos, somos lineales, somos simples. Viajamos a través del tiempo cuesta abajo y con paracaídas de amianto. A veces, tocamos fondo y a veces llegamos a nuestro culmen para comprobar que más arriba ya no hay nada y volvernos a dejar caer, a destrozarnos contra las rocas, a convertirnos en espuma y ser arrastrados por la galerna de nuevo hacia las nubes. Somos siluetas recortadas en una enorme bola de papel de fondo que no sabe  más allá de su pequeño artefacto péndulo que se mueve al inexorable tic tac de un gigante engranaje llamado universo.
Avanza, retrocede, sube y baja. Tan sencillo. Solo dejarse mecer. Pero esas siluetas tan parecidas a mí, a ti, a algunos más, no tenemos una naturaleza sencilla por suerte o por desgracia. Y nos convertimos en el timón que gobierna con guantelete de acero nuestra nave en busca de otros horizontes, otros siete mares a los que poner nombre u otras rocas en las que encallar.
En momentos cruciales nos damos cuenta que nuestro artefacto-nave-péndulo se frena y deja de marcar el tic tac del universo, en esos momentos en que el frío del glaciar se nos cuela hasta los huesos sin remedio y nos quedamos con la mirada pérdida hacia adentro. Esos minutos fatales nos vacían el alma, convirtiéndonos en una silueta de atrabiliario aspecto.
El único modo en que la vida tiene forma de arrancar ese estado de nonsense, de intemporalidad y de alejamiento de nosotros mismos no es ni más ni menos que la teoría del Caos. Una fuerza de empuje, un vistazo al abismo, un pacto con la locura. Son simples llamadas de atención energéticas con el fin de iniciar una nueva trayectoria con el motor del caos marcando líneas que nadan tienen que ver con el tiempo ni con la distancia. Es un deambular por las emociones más primarias hasta encontrar un cinturón de asteroides que vinculen tu trayectoria de nuevo a un punto Zero, a una nada amniótica, a un leve sendero de suave calima por donde andas descalzo y solitario.

De aquí en adelante, de nuevo, el desquiciante engranaje universal fija sus ojos en ti y se empeña en aferrarte a sus raíles lineales, tic tac tic tac y rápidamente los llena de compañeros de viaje sin rostro y te da la oportunidad, una vez más, y otra, y otra, de ir dibujando rostros familiares en sus caras de cartón piedra con olor a naftalina.


jueves, 15 de agosto de 2013

Un lugar en la Frontera

Digamos que la vida es un globo, un dirigible, un artefacto volador no identificado que no tiene más misión que volar y volar hasta caer el día menos pensado. Digamos que, si la vida es ese artefacto, está dirigida por un pequeño ser charlatán y avispado que conduce su timón y observa todo lo que acontece. Digamos que este pequeño observador llamado mente consciente, además de conducir y observar, se encarga de darle ordenes a un extraño ser enorme, sin forma definida y con la risa bobalicona de un niño de tres años. Supongamos que este ser extraño y sin forma tiene un plan para nosotros, traza nuestro próximo paso en una hoja en blanco, es capaz de leer la mente de sus interlocutores y escribe lo que más le llama la atención de lo que le dicta el conductor de tal manera que cuando el conductor le pregunta que hacer el enorme ser rebusca en su cesto de hojas y le enseña la solución a su problema, o el dibujo que hizo cuando pasaron por última vez por tal o cual lugar. Ese enorme, peludo y mágico personaje es mente subconsciente. Solo me falta decir que mente subconsciente es ciego, sordo y mudo, y solamente puede guiarse de lo que le dicta mente consciente. Seguramente te preguntarás cómo es posible que con semejante tripulación pueda ningún globo volar muy lejos.

Hay vidas longevas que se han conducido siempre bien, hay otras que se van consumiendo débilmente como la llama de una vela y otras que llegan a su ocaso en medio de una explosión de colores, también hay algunas que sólo quieren ver arder el mundo pero esas se consumen en su propia salsa picante. No es ni más ni menos que la forma de trabajar que tengan los pasajeros de tu globo, el que ve, oye y habla y el que siente, dibuja y piensa. Por estas sencillas razones considero que pasear por las paisajes de tu infancia, visitar y charlar alegremente con tu familia y/o releer un libro que ya leíste hace años son acciones que hace que mente consciente deje de buscar indicios de novedades y aventuras y se calle la boca un poco y deje a subconsciente trazar planes atrasados de una larga lista de etcéteras cómodamente sentado en la silla con almohadones de rayas que forman parte de un lugar en la Frontera o un jardín llamado infancia.


martes, 9 de julio de 2013

Electrodomésticos anónimos

En estos tiempos en que a todo hijo de vecino le gustaría tener un buen enchufe, y que hay un montón de meapilas que te impiden progresar, o que mas vale bombilla en mano que cientos de focos en estadio. En estos tiempos en que más vale tocar el interruptor correcto que ser autosuficiente, es cuando quiero hablarles de esos grandes abandonados, los "electrodomésticos anónimos".

A veces siento que mi cabeza se pone a dar vueltas como una batidora, bien porque tengo cien ideas embarazosas haciendo embudo en mis neuronas, bien porque acabo de entrar en fase rem y un precioso conejo lunar ha salido ha saludarme y me ha dejado despierto en la soledad de las madrugadas. En cualquier caso son embarazosos los momentos en que todo te zumba sin necesidad de pilas, enchufes y cualquier parafernalia pseudomecánica. Es entonces cuando el lápiz, cargo el tóner y descargo una buena inyección de tinta sobre las hojas desprevenidas. Sobre hojas dormidas es fácil ganar batallas. Y mientras me siento impresora no soy ni batidora ni necesito enchufes.

Hace un par de semanas tuve la suerte de encontrar una terapia donde podía compartir mis problemas domésticos con otros tantos como yo. Si, hay mucho electrodoméstico suelto por la vida y si no se lo cree  pregúntenle a la Reme. Hay gente que se creen lavadoras, hay sandwicheras y hasta neveras. Incluso yo que un día me creo impresora, y al siguiente fotocopiadora, encuentro mi lugar en la terapia, con grandes esperanzas de evolucionar, quién sabe, a impresora láser o plotter de corte de vinilo.

¿Qué te gustaría acudir a la terapia? te la aconsejo terriblemente. La sesión es breve pero intensa y tiene una presentación de alto voltaje. ¡No te quedes congelado y vete a verla!




domingo, 9 de junio de 2013

Música en las nubes

Cuando oímos música en las nubes es porque está tocando la orquesta en el tejado.

Cuando se habla de  espectáculo educativo no podemos pasar por alto a esta agrupación, liderada por El viola Humberto Armas y el virtuosismo convertido en showman que probablemente todas las personas del ámbito musical reconocerán en la figura de Ara Malikian. El violinista libanés no solo llena auditorios sino que los levanta de sus asientos. Me congratulo en ver que muchos, muchísimos niños van a sus espectáculos, se ríen y no se pierden un detalle porque es un buen ejemplo de cultura y de humor, algo que a ritmo frenético está desapareciendo en este país.

Aunque he oído sus discos y he visto sus videos porque siempre estoy buscando repertorios clásicos que escuchar, nunca lo había visto en directo. En la calle sí porque vivíamos en la misma pero no es lo mismo porque cuando lo ves subirse a las tablas llena completamente el escenario con su melena despavorida y sus movimientos eléctricos. No pude perder la ocasión de hacerle un homenaje a pesar de que el auditorio estaba a oscuras (lo que se dice dibujar de cabeza) en un duelo de velocípedos arco versus rotu.


Sin duda es un espectáculo para ver, el arco más rápido del mundo con una presencia escénica tan natural que resulta mágica. Sin duda le pongo el galardón de Creador de Sueños y me apunto sus próximos eventos en la agenda porque tiene muchos y muy variados. Os lo aconsejo, no os vais a arrepentir. 


viernes, 7 de junio de 2013

Cartografía onírica


La Cartografía Onírica es, sin duda, la resignación de la razón a dejar brotar al líquido amniótico que rodea la isla de las sensaciones, anclada a la ribera cerebral del hemisferio derecho.
El mar, mil veces transitado, salado cien veces con las lágrimas de la rabia y la desazón está lleno de barcos hundidos, de dragones de temporada, ballenas en extinción y veleros de papel osados, sin rumbo y a la deriva.
No esperes el momento de dar el salto a cualquier rincón de la mente, al ultramundo de lo vivido, viviendo y por vivir, flotando dulcemente en un espacio sin tiempo y sin nadie que venga a modificarlo. Es el paso siguiente a dar el paso hacia el oscuro velo de lo desconocido. Y esto es un mapa ahora, en este preciso instante, pero dentro de un minuto será una acequia poblada por un macizo de flores de siete colores, luego una partitura dedicada al rey de Persia, luego una mirada cálida seguido de una sonrisa, luego…

Marca tu itinerario, cada uno tiene sus propias islas, sus propios rincones, cabos y arrecifes. Puedes arribar en la ensenada del arte, hacer un crucero por el golfo mágico visitando el archipiélago de verso y prosa o viendo atardecer desde la isla de trazos. O los más osados pueden dejarse llevar por el oleaje de las islas danzarinas. Cualquier ruta es buena, cualquier lugar es bello si forma parte de tu Cartografía Onírica.

miércoles, 22 de mayo de 2013

13 5 13



La identidad, ese angosto y obsesivo camino al autoconocimiento, a la búsqueda de uno mismo a través del reflejo que conforma todo tu contexto. Siempre he usado esa necesidad imperiosa de manifestarme en la búsqueda de la identidad del retratado dejando toda una serie de anzuelos y trampas a su alrededor que rápidamente lo llevaran al rincón oscuro de mi simbología mágico-lúdica.

Esta vez, esos pequeños bocetos de bar, esos trozos de cristal esmerilado, se han vuelto felizmente en mi contra y de las manos de otros han eclipsado mi mirada durante toda una noche, minados de sombreros, varitas, barbas, música y todo tipo de artilugios variados, formando un collage de dibujos, cariño y buenas intenciones, sin vencedores ni vencidos.

La grandeza de este pequeño juego es bien sencilla y maravillosa, ¿qué dibujo? Psicológicamente he descubierto tres grandes tipos de creadores. La  gran mayoría han tirado de espejo y han sacado las chisteras, un menor grupo ha optado por la técnica del cristal y se han retratado a ellos mismos como participes de mi contexto y han regalado su esencia y por último un minúsculo grupo que ha congelado un momento en su mente y lo ha plasmado en forma de chiste interior entre él y yo.

Cuando elegí hacer bellas artes también tenía una segunda opción, psicología. Con el tiempo no cambiaría la primera por la segunda, pero si la complemento cada vez más en el día a día. Y francamente esto ha sido, ad litteram, un estudio sociológico que me ha regalado mi contexto sin ningún tipo de desperdicio.

Por eso, lejos de comparar estilos o técnicas, hay auténticas grandezas en ese apartado, me he congratulado en ver el nivel de introspección del dibujante que es el tema que últimamente me fascina del arte. Todo esto no son más que ralladuras de limón del sorbete de mi mente para leer senderos invisibles entre líneas. 

domingo, 31 de marzo de 2013

Sangre de dragón

Sin ánimo de entrar en spoilers y discusiones acabo de confirmar, aunque mi doctora lleve meses recordándomelo, que pertenezco a la estirpe de los Targaryen. Poco a poco las escamas han ido cubriendo mi cuerpo, endureciéndose en las zonas más idóneas y haciéndose fuertes aferradas a la epidermis. El invierno llegó, vio y venció. Probablemente la soriasis debería llamarse la enfermedad del dragón porque cuando la padeces el picor te hace hervir fuego del estómago, hacen que tengas ganas de devastarlo todo a base de llamaradas y luego quieras huir a una cueva a lamerte las heridas.
Tras bucear en archivos de ficción y viendo que esto se ha convertido en un castigo eterno, al más puro estilo Sísifo, han conseguido que al final reflexionara, me resignara y tomara la determinación de ser, eso, un dragón. Un dragón en la fase tras la cual, cansado o herido de la guerra diaria y de príncipes encantadores y su séquito de funcionarios pomposos, se dispone a buscar refugio en un gruta lejos del mundanal ruido y rodeado de sus tesoros. En mi caso, lejos de almacenar monedas de oro o, por contemporaneizar, billetes de dólar, las montañas que hacen mi lecho son de papeles y libretas con el único fin de permanecer enroscado haciendo espirales infinitas sobre escritos, dibujos y un estradivarius de cuerdas rizadas.
El fuego de la batalla aún arde en mis pulmones, el humo hace señales, pero las escamas caen y me vuelvo vulnerable. Quizás no nos veamos en algún tiempo, estoy a punto de tomar un buen descanso, una siesta larga, una petit morte y una póstuma cita con el fénix. 
Hasta pronto. 



viernes, 22 de febrero de 2013

Y tú... ¿de qué lado estas?


Hola, soy tu lado racional. Yo consigo que te concentres, que funciones como un reloj. Soy el que te viste por las mañanas y te prepara el... Hola, yo soy tu lado emocional, el tornado que interrumpe, el que solo se escucha a si mismo, el ególatra soberano que siembra caos en tu mente. Soy el auténtico conocedor de tus mas oscuros deseos y puedo hacerte caer una y otra vez en la concupiscencia más absoluta y volverte un auténtico adicto, un hedonista de lencería cara y mantel de cuadros... Bien, cuando yo consigo arrebatarte el control equilibro tu salud, tu autoestima y tu honestidad. Organizo tu vida, planifico tus días, proceso mil posibilidades por segundo... Siempre y cuando tus debilidades no afloren, ese es mi reino, allende las emociones...Yo decido qué eres capaz de controlar... Soy el eterno desborde, busco tus cualidades y las exploto ante tu cara, barajo tus talentos y me guardo un As en la manga, pongo tus pies al borde de un abismo... Y luego busco el paracaídas para evitar las represalias de tus frustaciones, soy tu ángel... Soy tu demonio. Yo pongo la venda en tus ojos, te muerdo el corazón, chupo tus dedos... Algún día te haré entrar en razón... Y te convertirás en un puto ser gris, castrado emocionalmente... No hagas caso. Soy tu Sol, te ilumino el camino. Te enseño a comprender las leyes básicas de la vida... Sin embargo bailo en la oscuridad, soy tu noche y puedo llevarte a donde nadie más puede hacerlo, cabalgo encima de tus miedos...  Porque señalo a tus enemigos, ilumino el reto a conseguir, el camino más corto... Prefiero tomar senderos más intrincados y disfrutar del paisaje. No way. Todo puede esperar menos el ahora. No todo en la vida es dinero, trabajo, éxito...ocio, procrastinación, duermevela son lujos caros que debes evitar... Que aportan altas dosis de frescura a tus más excelsas cualidades ligadas a la cultura y la educación... Tú decides...Tú decides... Puedes ser un investigador dedicado, un gran orador, un versado traductor, incluso catedrático o especialista en marketing... Honesto vendedor de humo a tiempo parcial o político apostólico...Sin dejarte llevar por el lastrado inconveniente de... La creación, ensuciarte las manos de borrones de tinta, pintar sueños con la paleta de tus fluidos favoritos (sangre, saliva y semen), sumergido en tu música hasta los genitales, provocando un onanismo salvaje en clave de sol... Una vuelta al buen salvaje... Un principio de docilidad, tolerancia y sensibilidad... Epítetos todos de la mediocridad, la bohemia y la locura. Sigue mis dictados y serás fuerte, calculador, inflexible, dominante, insolente, soberbio, competitivo, ganador... Y terminarás tus días solo sobre un campo de batalla alfombrado con los cráneos de las víctimas que pisaste... ¡Yo soy el bien! ¿me oyes?...pues yo soy el mal, pero te hago bien... Pensándolo bien, yo te hago bastante mal...

No somos vencedores ni vencidos, somos balanzas en continuo equilibrio. Cuando más crees que perteneces a uno de los extremos, el otro viene a hurgarte en la herida.

jueves, 14 de febrero de 2013

Resumiendo...


No es que quiera pregonar ahora, en plena madurez mononeuronal, una teoría cuántica, sesuda, café sólo y kilo y medio de hojas grapadas. No es eso.
Ni siquiera pretendo que esto lleve a tardar más de 45 segundos, espacio de tiempo considerado suficiente para que la atención se centre en otros teoremas menos exigentes, que si tengo que comprar bombones o llamar para pedir cita con mi micólogo de urgencias.
Mi teoría de hoy será tan tuiter, tan yogurt de por la noche, que pretendo, que pretendo dejar más de una neuronilla dando tumbos de incomprensión. Atento. Creo firmemente... Estoy casi seguro de... Me afirmo en... que ha pasado un ángel en el transcurso de tiempo entre que yo empiezo a desparramar jeroglíficos sin ínfulas de cum laude, más pereza de humo de cigarrillo, más flojo que un muelle guita, y tú terminas de leer la pantalla con cara de satírico escarmiento. Al menos me dio tiempo de hacer un dibujín entre la fideua sosa y el pollo salado, todo en este mundo lleva un equilibrio probado. Probablemente el ángel que pasaba era San Corte Inglés, con su oferta 2x1 de bombones, en dirección a tu bolsillo, donde anidan las gaviotas.
Lejos de intentar torpedear la industria chocolatera, mi intención es convertir ese rojo que te quiero sangre en una llamada al Caos y a la afasia, pongamos la torre de babel a la inversa, un sofrito de verdades, un genio que no encuentra su locura o un mundo de locos que no demuestran su genio. Mientras tanto unos ponen cara de libro y otros risa de joker.

viernes, 1 de febrero de 2013

¿Políticamente correcto?


Esta vez me he quedado como los bancos de este país, no doy crédito. Como tantas personas que vivimos en nuestra nube me he vuelto a quedar sin agua de tanta que está cayendo en los bolsillos de la corrupción chabacana de unos cuantos. Sin embargo esos cuantos se han gastado unos cuartos en callar a unos cuantos más, al parecer la ley de vida de este país de poderes mediocres. Probablemente, llegada a esta reflexión, me doy cuenta de que el problema reside en que los grandes honestos que abundan, no todo es mierda, no aguantan los codazos ni los pisoteos de pasillo de colegio que se dan en los ministerios y sedes de este país porque gobernar entre necios y mediocres debe ser un desaliento hasta para el más grande de los genios.

Y así sucesivamente, el poder ha pasado de ambiciosos sin talento dejando por alto la cualidad más necesaria en alguien de ese calibre. El carisma. El carisma brilla por su ausencia y dados los tiempos que corren y el acomodo de los grandes tiranos, ya sean empresarios o políticos, ha servido para nutrir en las cabezas de chorlito que todo intento de carisma sea extinguido en el acto. Didácticamente lo podríamos metaforizar en el ataque de las hienas que rondan en los prados hasta que el signo de debilidad del león se convierte en el aliciente para atacar y destronar a  la fiera. O al elefante si nos ceñimos a términos borbónicos.  Esto nos ha llevado a dejar de ser leones para convertirnos en ovejas de redil y pensar que la vida no permite retar a la mediocridad y mirar a los ojos al poder. Pero, esto no es más que mi pequeña opinión, creo que nos equivocamos en dejarnos llevar por la ira de grandes manifestaciones y enormes destrozos. Todo cambio enorme parte de pequeñas acciones, de ponerse a prueba cada día, de mirar diez metros más allá, pensar lateralmente y enfundarse de una honestidad a prueba de bombas.

El término “político” ha tocado fondo en este país, la demagogia ha engordado tanto que se sale de las fronteras y sin duda alguna si hay una crisis en este país es de ideales. Llegó la hora de los nuevos ideales, de los utópicos. De hacer un nuevo mapa mental de lo que somos y de lo que queremos llegar a ser. Mi patrón me dicta que hay que armarse de una honestidad salvaje, de no dejar correr una brizna de aire entre tú y el que se muestre superior a ti, de denunciar en silencio, de tú a tú y con la mirada inyectada. De formar células unidas por la honradez y usar anticuerpos carismáticos y con la cultura como baluarte. Líderes, al fin, que merezca el pueblo. Pero no el pueblo que pone la mano y retira los ojos sino del que castiga con los ojos y retira la mano. El pueblo que debería gobernar. Como el pueblo que destronó la corrupción en Islandia y cuyos méritos han sido tan sofocados por los medios de este país de cobardes y villanos. Hay un pueblo debajo de las madrigueras, hay un corazón en cada uno de esos pechos y, en definitiva, hay una vida que hay que ganarse.

martes, 15 de enero de 2013

El misterio de la vida



Supongo que nos acercamos un poco más hacia el misterio de la vida el día que tenemos un hijo. Cualquier acto de creación desinteresada y efímera se convierte por sí mismo en la búsqueda de la vida y sus misterios mientras más te hayas adentrado en la oscuridad con la intención de encontrar en algún lugar la luz más allá de los tubos de neón y las bombillas de bajo consumo.

Enfrentarme al lienzo vivo se ha convertido para mí en un acto de comunicación con un futuro inmediato, un decir sin palabras lo que hace años que digo y al fin trazar una línea paralela entre dos generaciones, la que habita y la que pretende habitar. La primera pregunta que viene a mi mente es si el futuro habitante habrá encontrado su sitio en el pequeño planeta que le empasté sobre la piel que le hace de muro ante la vida, ¿habrá encontrado sentido a las líneas, los colores y las formas para hacerse una imagen cognitiva de lo que habría de encontrarse fuera? ¿Estamos todos preparados para salir de la caverna y enfrentarnos al mundo de las ideas o vivimos eternamente viendo las sombras que planean sobre nosotros? Estas y otras preguntas solo estamos condenados a percibirlas con los ojos del alma porque son verdades ciegas.

Este pequeño mundo y otros muchos sólo son visibles a los ojos que los contemplan, pero existen igual que existen las diferentes capas de una misma realidad. Cuando navegamos a la deriva de nuestros propios pensamientos no es sino que estamos nadando en el líquido amniótico de nuestra materia gris y sabemos que en el fondo de nuestra mente podemos ser todo lo niños o todo lo viejos que queramos ser, ahora y mañana, y si somos capaces de hacernos una idea de la imagen a la que queremos aspirar no hay razón alguna para no serlo mientras no dejemos de andar detrás de esa idea. Nos alejamos cuando nos paramos, nos acercamos cuando nos caemos. Nunca es tarde, nunca está lo suficientemente lejos. Si nueve meses son suficientes para crear una persona, nueve meses puede ser el tiempo justo para convertirse en una persona nueva si dedicas esas más de seis mil horas en dar pequeños pasos en busca de esa nueva realidad y si no… ¿Quién cree que Dios se dedica a jugar a los dados con el universo?

Divagando por estos derroteros creo que el arte, lejos de lo algunos inculcan y practican como un acto de defecar o un hacer en cadena, se parece más al gran acto de dar a luz. No vale cualquier cosa, no vale cualquier momento. Solo hay una oportunidad de hacer la gran obra y debemos ser conscientes de que no hay muchas obras sino un solo todo, un seguir practicando para modelar esa vida en la que se nos ha delegado para llevarla a buen término, reconocer que no siempre podrás responder por ella pero ser lo suficientemente constante y honesto para saber que te has dejado la piel en cada momento, cuando lo has disfrutado y cuando has llorado en silencio porque no sabías como seguir.